jueves, 10 de enero de 2013

Tarde de Teatro

La verdad que esta mañana no me apetecía nada ir a la cita que tengo ultimamente los miércoles a las cinco menos cuarto.
Con tantos días descentrada con viajes de acá para alla, con papeleos y demás historias, necesitaba quedarme en casina sin hacer nada, sentada frente la chimenea, leyendo un libro como mucha actividad.
 Solemos reunirnos en una sala grande, con  un estrado de madera que hace las veces de escenario. Mas que compañeras de clase, somos más bien,un grupo de amigas.
 Decidimos el grupo, que este año debido a los ya clásicos recortes, que el curso que haríamos, probablemente el único, sería el de teatro.
Pues nada, el primer día de clase, quedamos un poco...no se como decirlo, entre aterradas y desanimadas, porque aquello de actuar, como que no  nos gustaba mucho. Ese sentido del ridículo y vergüenza que  llevamos dentro, la verdad que causó estragos. No era lo que  la mayoría pensábamos que sería. De aproximadamente  unas dieciséis que empezamos, quedamos solo unas siete u ocho solamente. Somos pocas, pero constantes y con muchas ganas de aprender, participar y sobre todo reirnos.
Y ahí empezó nuestra carrera de actrices no profesionales. La verdad que nuestra profesora, Charo, tiene paciencia y nos deja improvisar; nos dá la pauta sobre el tema y nosotras hacemos lo que nos apetece, pero poco a poco,  vamos mejorando.
Desde la sala de espera de una clínica , pasando por un Donjuán-Doñaines  , Adán y Eva, empresario  aprovechado buscando empleada ampliamente cualificada, etc, las tardes nos han pasado francamente divertidas. Nos hemos reído de nosotras mismas, aplaudido y creo que todas deseando que no se acabase la hora de clase.
Por eso hoy aunque no tenia la mas mínima gana , sí fuí. Y no era la única que  no tenía ganas de ir. Es como a los niños, cuando después de  vacaciones, no les apetece volver a sus tareas....pues nosotras por diversos motivos  nos pasaba lo mismo.
Al final fué un acierto. No nos hacen falta  clases de riso-terapia para dar  energías al cuerpo; la energía nos la damos nosotras mismas creando situaciones que  van desde la sonrisa hasta las carcajadas. Creo que hemos olvidado el que pensaran las demás de las tonterías y lo mal que lo  podemos hacer, para pasar a soltarnos el pelo y ser nosotras mismas, pasándonoslo como los indios.
El día que hicimos la representación por parejas de Don Juan y de Doña Inés, nuestra profesora nos trajo un  bonito vestido azul, pero claro, no habia  bicho viviente que pudiera meterse dentro. Así que para  ponernoslo, lo que hicimos fué, colocarlo como si fuese un delantal, atandolo al cuello...vamos, que somos hasta estilistas. El resultado, se puede ver en la foto.

Por cierto, en la escena del sofá, sufrí un accidente laboral, una picadura (no se si sería una chinche) que hizo que durante una semana sufriera unos picores horribles en una muñeca. Todo sea por EL TEATRO !!!!!
Ah!!! y lo mejor de todo, siempre hay un pequeño momento  para sentirnos apoyadas por las demás, si necesitamos una palabra de animo.
Tenemos un grupo de amigas-compañeras, estupendo.

1 comentario:

  1. UN BUEN RELATO DE TU ACTIVIDAD.EL HACER TEATRO ES UNA BUENA TERAPIA..YO NI TAN SIQUIERA ME ATREVO ,SOY MUY VERGONZOSA Y NI ME LO PLANTEO SUBIR ARRIBA UN ESCENARIO...XO TENGO AMIGAS K SI,LO HAN PROBADO ,,Y ESTAN ENCANTADISIMAS..
    UN SALUDO Y MUCHA FUERZA PARA SEGUIR...

    ResponderEliminar